San Pío de Pietrelcina. (MO). Blanco.
1Tm 6, 13-16; Sal 99, 1-5; Lc 8, 4-15.
(LS) Gn 12, 1-4 (o bien: 1Co 12, 31—13, 13); Sal 33, 2-11; Mt 19, 27-29.
Evangelio según San Lucas 8, 4-15
Como se reunía una gran multitud y acudía a Jesús gente de todas las ciudades, él les dijo, valiéndose de una parábola: “El sembrador salió a sembrar su semilla. Al sembrar, una parte de la semilla cayó al borde del camino, donde fue pisoteada y se la comieron los pájaros del cielo. Otra parte cayó sobre las piedras y, al brotar, se secó por falta de humedad. Otra cayó entre las espinas, y éstas, brotando al mismo tiempo, la ahogaron. Otra parte cayó en tierra fértil, brotó y produjo fruto al ciento por uno”. Y una vez que dijo esto, exclamó: “¡El que tenga oídos para oír, que oiga!”.
Sus discípulos le preguntaron qué significaba esta parábola, y Jesús les dijo: “A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás, en cambio, se les habla en parábolas, para que miren sin ver y oigan sin comprender. La parábola quiere decir esto: La semilla es la Palabra de Dios. Los que están al borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y arrebata la Palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. Los que están sobre las piedras son los que reciben la Palabra con alegría, apenas la oyen; pero no tienen raíces: creen por un tiempo, y en el momento de la tentación se vuelven atrás. Lo que cayó entre espinas son los que escuchan, pero con las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, se van dejando ahogar poco a poco, y no llegan a madurar. Lo que cayó en tierra fértil son los que escuchan la Palabra con un corazón bien dispuesto, la retienen, y dan fruto gracias a su constancia”.
Consejos del Padre Pío para los desesperanzados
1- “Si puedes hablar al Señor en la oración, háblale, ofrécele tu alabanza; si por mucho cansancio no puedes hablar, no te disgustes en los caminos del Señor. Detenté en la habitación como los servidores en la corte y hazle reverencia. El te verá, le gustará tu presencia, favorecerá tu silencio y en otro momento encontrarás consuelo cuando él te tome de la mano”.
2- “Cuanta más amargura tengas, más amor recibirás”.
3- “Jesús quiere llenar todo tu Corazón”.
4- “Dios quiere que tu incapacidad sea la sede de su omnipotencia”.
5- “La fe es la antorcha que guía los pasos de los espíritus desolados”.
6- “En el tumulto de las pasiones y de las vicisitudes adversas nos sostenga la grata esperanza de la inagotable misericordia de Dios”.
7- “Ponga toda la confianza sólo en Dios”.
8- “El mejor consuelo es el que viene de la oración”.
9 – “No temas por nada. Al contrario, considérate muy afortunado por haber sido hecho digno y participe de los dolores del Hombre-Dios”.
11- “Dios te deja en esas tinieblas para su gloria; aquí está la gran oportunidad de vuestro progreso espiritual”.
12- “Las tinieblas que a veces oscurecen el cielo de vuestras almas son luz: por ellas, cuando llegan, os creéis en la oscuridad y tenéis la impresión de encontraros en medio de un zarzal ardiendo. En efecto, cuando las zarzas arden, todo alrededor es una nubarrada y el espíritu desorientado teme no ver ni comprender ya nada. Pero entonces Dios habla y se hace presente al alma, que vislumbra, entiende, ama y tiembla”.
13- “Jesús mío, es el amor que me sostiene”.
14- “La felicidad sólo se encuentra en el cielo”.
15- “Cuando te veas despreciado, hacé como el Martín Pescador que construye su nido en los mástiles de las naves. Es decir, levantate de la tierra, elevate con el pensamiento y con el corazón hacia Dios, que es el único que os puede consolar y daros fuerza para sobrellevar santamente la prueba”.
16- “Ten por cierto que cuanto más crecen los asaltos del demonio tanto más cerca del alma está Dios”.
17- “Bendice el Señor por el sufrimiento y acepta beber el cáliz de Getsemani”.
18 -“Sé capaz de soportar las amarguras durante toda tu vida para poder participar de los sufrimientos de Cristo”.
19 – “El sufrimiento soportado cristianamente es la condición que Dios, autor de todas las gracias y de todos los dones que conducen a la salvación, ha establecido para concedernos la gloria”.
20 – “Recuerda que no se vence en la batalla si no es por la oración; a ti te corresponde la elección”.
21- “La oración es la mejor arma que tenemos; es una llave que abre el corazón de Dios”.