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Misa a elección. 5° de Pascua. Blanco. Misa de san José, obrero. (ML). Blanco.
Col 3, 14-15. 17. 23-24; Sal 89, 2-4. 12-14. 16.

Evangelio según San Mateo 13, 54-58

Jesús al llegar a su pueblo, se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera, que todos estaban maravillados. “¿De dónde le vienen –decían– esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son parientes suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus parientas? ¿De dónde le vendrá todo esto?”. Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo. Entonces les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia”. Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.

Jesús devuelve a sus apóstoles la alegría perdida

Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis. La echaron, pues, y ya no podían arrastrar la red por la muchedumbre de los peces (Jn 21, 6)

Desde que tú te fuiste no hemos pescado nada. Llevamos veinte siglos echando inútilmente las redes de la vida y entre sus mallas sólo pescamos el vacío. Vamos quemando horas y el alma sigue seca. Nos hemos vuelto estériles, lo mismo que una tierra cubierta de cemento. ¿Estaremos ya muertos? ¿Desde hace cuántos años no nos hemos reído? ¿Quién recuerda la última vez que amamos?

Y una tarde tú vuelves y nos dices: «Echa tu red a tu derecha, atrévete de nuevo a confiar, abre tu alma, saca del viejo cofre las nuevas ilusiones, dale cuerda a tu corazón, levántate y camina». Y lo hacemos, sólo por darte gusto. Y, de repente, nuestras redes rebosan alegría, nos resucita el gozo y es tanto el peso de amor que recogemos que la red se nos rompe, cargada de ciento cincuenta nuevas esperanzas.

¡Ah, tú, fecundador de almas: llégate a nuestra orilla, camina sobre el agua de nuestra indiferencia, devuélvenos, Señor, a tu alegría!

José Luis Martín Descalzo

Oración a San José obrero por los trabajadores
(y los que lo buscan)

Querido San José, esposo, padre y trabajador, acudo a vos en este día. Te pido por quienes no encuentran trabajo, por los que no tienen salud para trabajar, y por quienes tienen la posibilidad de dar espacios de trabajo.

Se consuelo y fortaleza para ellos, intercesor ante sus necesidades y las de su familia. Te ofrecemos el trabajo, formal o no, de cada día, y la vida de nuestras familias. Que en el esfuerzo y la disciplina del trabajo cotidiano encontremos un medio para acercarnos más a tu hijo Jesús.

Bendecí San José nuestras manos, nuestros cansancios, nuestros intentos y nuestras alegrías. También la vida de nuestros compañeros, que ponemos ante tus pies. Que podamos ser testimonio de amor y alegría entre ellos.

Amén.