Feria. Santa María Goretti. (ML). Verde/Rojo.
Santa Nazaria Ignacia March Mesa. (ML). Blanco.
Gn 22, 1-19; Sal 114, 1-6. 8-9.
Evangelio según San Mateo 9, 1-8
Jesús subió a la barca, atravesó el lago y re- gresó a su ciudad. Entonces le presentaron a un paralítico tendido en una camilla. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: “Ten confianza, hijo, tus pecados te son per- donados”. Algunos escribas pensaron: “Este hombre blasfema”. Jesús, leyendo sus pen- samientos, les dijo: “¿Por qué piensan mal? ¿Qué es más fácil decir: ‘Tus pecados te son perdonados’, o ‘Levántate y camina’? Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados, –dijo al paralítico– levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”. Él se levantó y se fue a su casa. Al ver esto, la multitud quedó atemorizada y glorificaba a Dios por haber dado semejante poder a los hombres.
Ayudame a hacer silencio
Ayúdame a hacer silencio, Señor,
quiero escuchar tu voz.
Toma mi mano, guíame al desierto,
que nos encontremos a solas, Tú y yo.
Necesito contemplar tu rostro,
me hace falta la calidez de tu voz,
caminar juntos…
callar para que hables Tú.
Me pongo en tus manos,
quiero revisar mi vida,
descubrir en qué tengo que cambiar,
afianzar lo que anda bien,
sorprenderme con lo nuevo que me pides.
Me tienta creer que te escucho,
cuando escucho mi voz.
¡Enséñame a discernir!
Dame luz para distinguir tu rostro.
Llévame al desierto Señor,
despójame de lo que me ata,
sacude mis certezas y pon a prueba
mi amor Para empezar de nuevo,
humilde, sencillo, con fuerza
y Espíritu para vivir fiel a Ti.
Javier Leoz