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María, Madre y Mediara de la Gracia. (MO). Blanco.
Rm 12, 5-16; Sal 130, 1-3; Lc 14, 1. 15-24.
(LS) Gá 4, 4-7; [Sal] Jdt 13, 18-20; Jn 2, 1-11.

Evangelio según San Juan 2, 1-11

Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”. Jesús le respondió: “Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía”. Pero su madre dijo a los sirvientes: “Hagan todo lo que él les diga”. Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: “Llenen deagua estas tinajas”. Y las llenaron hasta el  borde. “Saquen ahora –agregó Jesús– y lleven al encargado del banquete”. Así lo hicieron. El encargado probó el agua cambiada en vino y, como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al novio y le dijo: “Siempre se sirve primero el buen vino, y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento”. Éste fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.

Oración a María Mediadora de toda gracia

¡Oh María!, Santísima e Inmaculada Madre de Dios, me presento ante ti, que eres Mediadora de toda gracia, tu que eres la más bella de las rosas.

Recibe mis súplicas, Santísima Madre de Dios, para que obtengamos la gracia de hacer que toda nuestra vida, todo lo que deseemos, todo lo que hagamos sea para alabar, y servir en todo a Nuestro Señor.

Madre reina de nuestros corazones, ten piedad de nosotros que somos pecadores, ayúdanos a limpiar nuestras almas de la mancha del pecado, para que un día podamos resucitar con Cristo y gozar de la gloria de Dios Padre en el cielo, por los siglos de los siglos. Amén.