10

Cargando Eventos

Memoria obligatoria. Blanco. Santa Escolástica, virgen.
Gén 3, 1-8; Sal 31, 1-2.5-7.

Evangelio según San Marcos 7, 31-37

Cuando Jesús volvía de a la región de Tiro, pasó por Sidón y fue hacia el mar de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis. Entonces le presentaron a un sordomudo y le pidieron que le impusiera las manos. Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua. Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y dijo: «Efatá», que significa: «Abrete». Y enseguida se abrieron sus oídos, se le soltó la lengua y comenzó a hablar normalmente. Jesús les mandó insistentemente que no dijeran nada a nadie, pero cuanto más insistía, ellos más lo proclamaban y, en el colmo de la admiración, decían: «Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos». Cuando Jesús volvía de la región de Tiro, pasó por Sidón y fue hacia el mar de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis. Entonces le presentaron a un sordomudo y le pidieron que le impusiera las manos. Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua. Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y dijo: «Efatá», que significa: «Abrete». Y enseguida se abrieron sus oídos, se le soltó la lengua y comenzó a hablar normalmente. Jesús les mandó insistentemente que no dijeran nada a nadie, pero cuanto más insistía, ellos más lo proclamaban y, en el colmo de la admiración, decían: «Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

Que alivio

Que alivio trae aceptar que las cosas son como son, no como uno hubiera querido. El hubiera/hubiese no existe. Existe el hay. Que calma llega al alma cuando entendemos amorosamente que las personas son de una determinada forma y que esta en nuestro poder permanecer cerca o no.

Que paz da comprender que andar por la vida con muelas apretadas, ceño fruncido y estrés por la estratósfera al intentar tener todo bajo control, es al reverendo vicio. Porque nos excede. No se puede. Nos saca del eje. Nos rompe la cabeza. Nos quita la salud. Nos apaga el brillo.

Respira. Volve a tu centro. Da gracias por elegir permanecer donde estas o agradecé por el aprendizaje que te lleva a no querer quedarte más. Buscá construir tu paz. La vida es un ratito, te juro.

María Bruno.