Feria. San Juan de Ávila, presbítero y doctor de la Iglesia. (ML). Blanco.
Hech 15, 1-6; Sal 121, 1-5.
Evangelio según San Juan 15, 1-8
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Él corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes,pidan lo que quieran y lo obtendrán. La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.
Quedate con nosotros Jesús
¡Quédate con nosotros, Jesús…!
Cuando se apague nuestra fe.
Cuando no veamos tu rostro…
¡Quédate con nosotros, Jesús…!
En los momentos de desengaño,
de dolor y confusión…
¡Quédate con nosotros, Jesús…!
Cuando fracasemos,
cuando sintamos miedo,
cuando queramos huir y abandonarlo todo…
¡Quédate con nosotros, Jesús…!
Cuando nos sintamos débiles,
y la vida nos pese demasiado.
¡Quédate con nosotros, Jesús…!
Cuando nuestro corazón se enfríe,
nos sintamos vacíos,
y nos cansemos de la gente…
¡Quédate con nosotros, Jesús…!
Porque es de noche…,
y tu presencia nos llena de vida,
y queremos vivir siempre contigo…
Manuel J. Fernandez, SJ.