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23° durante el año. Verde.
Semana 3ª del Salterio.
Ez 33, 7-9; Sal 94, 1-2. 6-9; Rm 13, 8-10.

Evangelio según San Mateo 18, 15-20

Jesús dijo a sus discípulos: “Si tu hermano peca contra ti, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano. Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo. También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoypresente en medio de ellos”.

Puntos para tu oración

Las etapas en este itinerario indican el esfuerzo que el Señor pide a su comunidad para acompañar a quien se equivoca, para que no se pierda. Es necesario ante todo evitar el clamor de la crónica
y los chismes en la comunidad. Esto es lo primero que hay que evitar. ‘Ve, amonéstalo, tú y él solos’. La actitud es de delicadeza,  prudencia, humildad, atención hacia quien cometió una culpa, evitando
las palabras que puedan herir y asesinar al hermano. Porque ustedes saben que las palabras matan. Cuando hablo mal y hago una crítica injusta, cuando descarno a un hermano con mi lengua, esto es
asesinar la reputación del otro. También las palabras asesinan. ¡Vamos, con esto, seriamente! Al mismo tiempo esta discreción, de hablarle estando solo, tiene la finalidad de no mortificar inútilmente al pecador. Se habla entre los dos, ningúnotro escucha y todo acaba aquí. Y a la luz de esta exigencia se entiende también  la serie de sucesivas intervenciones, que prevé involucrar a algunos testimonios y
después a la misma comunidad. La finalidad es de ayudar a la persona a darse cuenta de lo que ha hecho, y que con su culpa ha ofendido no solamente a uno, sino a todos.

Papa Francisco