Cura Brochero, presbítero.
Jer 11, 18-20; Sal 7, 2-3. 9bc-12.
Evangelio según San Juan 7, 40-53
Algunos de la multitud, que habían oído a Jesús, opinaban: “Éste es verdaderamente el Profeta”. Otros decían: “Éste es el Mesías”. Pero otros preguntaban: “¿Acaso el Mesías vendrá de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David y de Belén, el pueblo de donde era David?”.
Y por causa de él, se produjo una división entre la gente. Algunos querían detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él. Los guardias fueron a ver a los sumos sacerdotes y a los fariseos, y éstos les preguntaron: “¿Por qué no lo trajeron?”. Ellos respondieron: “Nadie habló jamás como este hombre”.
Los fariseos respondieron: “¿También ustedes se dejaron engañar? ¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en él? En cambio, esa gente que no conoce la Ley está maldita”. Nicodemo, uno de ellos, que había ido antes a ver a Jesús, les dijo: “¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?”. Le respondieron: “¿Tú también eres galileo? Examina las Escrituras y verás que de Galilea no surge ningún profeta”.
Y cada uno regresó a su casa.
Oración al Santo Cura Brochero
Querido Cura Brochero,
quienes te queremos y a vos nos encomendamos,
te pedimos que cargues en las alforjas de tu corazón
nuestros anhelos y deseos más profundos…
que los entregues a tu Madre, la Purísima,
y Ella los ponga a los pies de esa cruz por vos tan amada.
Por Jesucristo al Padre Dios con el Espiritu Santo.
Amén.
Ángel Rossi, SJ.