16

Cargando Eventos

3° de Cuaresma. Morado.
(San José Gabriel del Rosario Brochero, presbítero).
Jer 7, 23-28; Sal 94, 1-2. 6-9.

Evangelio según San Lucas 11, 14-23

Jesús estaba expulsando a un demonio que era mudo. Apenas salió el demonio, el mudo empezó a hablar. La muchedumbre quedó admirada, pero algunos de ellos decían: “Éste expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo. Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: “Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque –como ustedes dicen– Yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul. Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces.

Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras, pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita las armas en las que confiaba y reparte sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”.

40 acciones que transformarán tu vida en esta cuaresma

Ayunar de trabajar demasiado. Todos somos conscientes de que el trabajo es sinónimo de dignidad. La labor, tarea o profesión que desempeñamos tiene como objetivo ayudarnos a crecer y madurar como personas. Es una forma de expresar nuestra vocación y talentos particulares. Lo que hacemos, lo hacemos por nosotros mismos, pero también por aquellos a quienes amamos, ya que deseamos brindarles mejores oportunidades. Sin embargo, en ocasiones, descuidamos a las personas por las que trabajamos. Nuestra familia y amigos necesitan de nuestro tiempo y atención. Hoy, date un momento para compartir con ellos un momento relajado y tranquilo. En lugar de centrarnos exclusivamente en nosotros mismos, vamos a ayunar de ello y compartir la vida con los demás.

Javier Rojas, SJ.