Feria. Blanco.
Hch 17, 15. 22—18, 1; Sal 148, 1-2. 11-14.
Evangelio según San Juan 16, 12-15
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: “Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes”.
Toma
Todo, Señor, es tuyo,
mi fragilidad y mi posibilidad,
mis pasos, mis intentos,
mi entrega, mis caídas,
mis sueños, mis miedos,
mi historia, mi futuro, mi presente,
mi cuerpo, mi mente, mi fe,
mis deseos, mis palabras,
mi mirada, mis manos, mis pies.
Todo, Señor, es tuyo
y a Ti lo torno
porque bien conozco
mi debilidad
y conozco también
tu inmenso amor,
tu misericordia, tu paciencia,
tu espera, tu entrega.
Dame, Señor, tu amor y gracia
que esto me basta
para vivir el hoy,
para perdonarme mis fallas,
para confiar en Ti,
para agradecer mi vida
y la de la gente querida,
para esperar sin desesperar,
para ser y estar hoy aquí,
sin máscaras, sin huir, sin prisas,
sin miedo, sin otra cosa
que el corazón
sabiéndose amado en Vos.
Tatiana Gimenez.