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De la feria. San Paulino de Nola, obispo. (ML). Blanco. Santos Juan Fisher, obispo, y Tomás Moro, mártires. (ML). Rojo.
2Cró 24, 17-25; Sal 88, 4-5. 29-35.

Evangelio según San Mateo 6, 24-34

Jesús dijo a sus discípulos: Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.

Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos? ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?

¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! No se inquieten entonces, diciendo: «¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?». Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan.

Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.

Certezas del Corazón de Jesús – Fervor en la tibieza

La octava certeza del Sagrado Corazón de Jesús, que infunde fervor en nuestro camino espiritual cuando nos sentimos tentados de tibieza espiritual. Esta certeza nos revela un aspecto profundo del amor de Cristo; es capaz de transformar nuestras vidas y animarnos a seguir sus enseñanzas con pasión y entrega.

En nuestro camino espiritual, es inevitable que nos encontremos con momentos de tibieza espiritual. Momentos en los que nuestra llama interior parece disminuir y nuestra motivación flaquea. Son momentos de debilidad en los que la rutina, la indiferencia o las tentaciones nos alejan del camino del bien.

Cuando nos encontramos en un estado de tibieza espiritual, Jesús nos ofrece su amor ardiente para avivar la llama en nuestro corazón. Su corazón está lleno de fervor y pasión por nosotros, y desea que experimentemos esa misma pasión en nuestra vida espiritual.

Él nos recuerda el profundo amor que nos tiene, un amor que nos da sentido y propósito en esta vida. Su Espíritu Santo nos fortalece y nos anima a vivir con entrega y entusiasmo, renovando nuestro compromiso con Él y con los demás.

Si experimentamos tibieza, si sentimos que nuestra pasión se ha apagado, podemos confiar en que el Corazón de Jesús nos infundirá su fervor. Permitamos que su fervor encienda nuevamente nuestras vidas, que nos dé fuerza y motivación para vivir de acuerdo a su imagen y convertirnos en verdaderos discípulos suyos.

Javier Rojas, SJ.
12 certezas del Corazón de Jesús.