María, Auxilio de los Cristianos. (ML).
Feria. Blanco.
Hch 20, 28-38; Sal 67, 29-30. 33-36.
Evangelio según San Juan 17, 1b. 11b-19
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús levantó los ojos al cielo, y oró diciendo: “Padre santo, manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Cuídalos en tu Nombre -el Nombre que tú me diste- para que sean uno, como nosotros. Mientras estaba con ellos, Yo los cuidaba en tu Nombre – el Nombre que tú me diste-; los protegía y no se perdió ninguno de ellos, excepto el que debía perderse, para que se cumpliera la Escritura. Pero ahora voy a ti, y digo esto estando en el mundo, para que mi gozo sea el de ellos y su gozo sea perfecto. Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió porque ellos no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del Maligno. Que sean uno, como nosotros ellos no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. Conságralos en la verdad: tu palabra es verdad. Así como Tú me enviaste al mundo, Yo también los envío al mundo. Por ellos me consagro, para que también ellos sean consagrados en la verdad”.
Oración a María Axuliadora
¡Oh María Virgen poderosa! Tú, la grande e ilustre defensora de la Iglesia. Tú, Auxiliadora del pueblo cristiano. Tú, terrible como un ejército en orden de batalla. Tú, que sola destruyes los errores del mundo, defiéndenos en nuestras angustias, auxílianos en nuestras luchas, socórrenos en nuestras necesidades y en la hora de la muerte recíbenos en el eterno gozo.
Amén