Feria. San Cirilo de Alejandría. (ML). Verde/Blanco.
Gn 13, 2. 5-18; Sal 14, 2-5.
Evangelio según San Mateo 7, 6. 12-14
Jesús dijo a sus discípulos: No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos. Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas. Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición,y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran.
Fuegos de Pentecostés – El don de temor de Dios.
El don de cuidar y respetar. El don de temor de Dios no tiene nada que ver con el miedo al castigo o a la condena eterna. Este es un don que nos hace comprender que toda la creación de Dios es un regalo divino que tenemos que aprender a amar, cuidar y respetar. Este don nos ayuda a cultivar una reverencia respetuosa hacia todo y todos.
Es temor de Dios es como el respeto que se tiene ante la obra de un artista en la que se admira la belleza, la inspiración y la trascendencia. Este don del Espíritu Santo nos ayuda a reconocer la grandeza y la sabiduría divina en todo lo que nos rodea. Nos recuerda que somos parte de algo más grande y nos invita a vivir en armonía con la creación y con nuestros semejantes.
Este don nos ayuda a mantenernos humildes y conscientes de nuestras propias limitaciones. No recuerda a nosotros mismos que somos seres mortales, sujetos a errores y flaquezas. El don del Temor de Dios nos impulsa a buscar la gracia y el perdón divino, y nos da la gracia para que nos esforcemos por vivir de manera justa y solidaria.
Javier Rojas, SJ.