Presupongo que son tres pensamientos en mí, es a saber, uno propio mío, el cual sale de mi propia libertad y querer, y otros dos, que vienen de fuera: el uno que viene del buen espíritu, y el otro del malo.
(Ejercicios Espirituales, 32)
El que da los Ejercicios, cuando siente que al que se ejercita no le vienen algunas mociones espirituales en su anima, así como consolaciones o desolaciones, ni es agitado de varios espíritus, mucho le debe interrogar cerca de los ejercicios, si los hace a sus tiempos destinados y cómo…
(Ejercicios Espirituales, 6)
…y con un sentir y hablar decía: Dónde me queréis llevar, Señor… […] Después… con muchas mociones y lágrimas ofreciendo me guiase y me llevase…
(Diario Espiritual, 113)