Feria. Blanco.
Hech 13, 13-25; Sal 88, 2-3. 21-22. 25. 27.
Evangelio según San Juan 13, 16-20
Antes de la fiesta de Pascua, Jesús lavó los pies a sus discípulos, y les dijo: “Les aseguro que el servidor no es más grande que su señor, ni el enviado más grande que el que lo envía. Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican. No lo digo por todos ustedes; Yo conozco a los que he elegido. Pero es necesario que se cumpla la Escritura que dice: ‘El que comparte mi pan se volvió contra mí’. Les digo esto desde ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, crean que Yo Soy. Les aseguro que el que reciba al que Yo envíe me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me envió”.
Luces de Resurrección
Aprender a ejercitar el Perdón.
Ejercitar el perdón en la vida cotidiana es otras de las gracias de la resurrección de Jesús. El perdón nos permite liberarnos del rencor y la amargura que nos impiden vivir en paz. La enseñanza más importante de Jesús es que el amor y la misericordia son más poderosos que el odio y la venganza.
El perdón implica liberarnos de la carga emocional que nos produce el resentimiento y el rencor. Al perdonar, dejemos atrás el dolor y la ira que nos impidan avanzar y nos permitamos sanar nuestras heridas emocionales. Aunque perdonar no siempre es fácil, es una actitud que nos permite liberarnos del sufrimiento y encontrar la paz interior.
Al perdonar cortamos el lazo emocional que nos ata a aquellos que nos han hecho daño y libera el corazón de sentimientos de venganza y de búsqueda de justicia por nuestras propias manos. Ejercitar el perdón en la vida cotidiana implica aprender a dejar ir las ofensas para no retener los sentimientos y pensamientos que dañan la salud. Al perdonar, nos permitimos sanar y encontrar la paz interior que necesitamos para vivir en armonía con nosotros mismos y con los demás.
Recuerda: Al ejercitar el perdón nos liberarnos de la carga emocional del resentimiento y del rencor, cortamos el lazo que nos une a quienes nos ofendieron y liberamos el corazón de sentimientos y pensamientos que nos enferman.
Javier Rojas, SJ.
Novena a Nuestra Señora de los Milagros: «Madre,ayúdanos a ver nuevas todas las cosas en Cristo».
Día 5: Libertad
«¡Libertad!» No es el grito con el que reclamamos el derecho para hacer lo que queremos. No deberíamos invocarla para hacer el ridículo. Ser libre no significa exigir a los demás que acepten nuestros caprichos y se amolden a ellos. La libertad es algo positivo. Es lo que nos permite pensar con creatividad, actuar con ingenio, y garantizar una vida mejor para todos. Ser libre es la condición necesaria para amar. No podemos ejercer la libertad positivamente si no existe un proyecto de vida que realizar, un sueño que concretar, un camino claro por dónde realizar nuestra vocación. En pocas palabras, la libertad es lo que nos permite realizar nuestra vocación y desarrollar lo que somos. La libertad es positiva cuando está al servicio de nuestro crecimiento, maduración y autorrealización como seres humanos. Javier Rojas, Sj (@jrojassj).
Oración: Madre, enséñanos a discernir para vivir en la libertad de los hijos de Dios, y vivir conforme a los deseos más profundos y auténticos del corazón. Que sepamos ejercer nuestra libertad con responsabilidad para realizar nuestra vocación. Abre, Madre, nuestros oídos interiores para escuchar la Voz de Dios, para hallar y buscar su voluntad.
Padrenuestro, Ave María y Gloria.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Inmaculada Virgen María, Madre de los milagros y del consuelo. Venimos a tus pies, confiado en tu amor infinito, a que nos ayudes a «ver nuevas todas las cosas» como enseñaste a tu Hijo Jesús. Te damos gracias por los favores que concedes a cuantos recurren a tu intercesión; por el consuelo que das a tantas familias que piden tu protección, por los tantos enfermos que se han sentido cuidados y sanados por tu ternura, al solo contacto con los algodones tocados con tu sudor milagroso.
Te pedimos, que nos ayudes a (se pide la gracia que se quiera alcanzar) y a abandonarnos en Dios como vos lo hiciste a sus designios. Madre de los Milagros, vos que siempre tuviste puesta tu fe en el plan de Dios, ayúdanos a confiar en sus caminos.